¿QUIERES CAMBIAR TU DESTINO?
Primero entiende esto:
Pensar es tambien generar emociones. Ejm: gratitud, tristeza, felicidad, sorpresa, miedo, ira, etc.
Las emociones se expresan de inmediato a través de cambios en la química del cerebro y el cuerpo. Ejm: Subida en los niveles de cortisol, bajada en los niveles de testosterona, mayor producción de adrenalina, etc.
Esos cambios químicos generan una fisiología o manera de funcionar de nuestros organos y sistemas. Ejm: Subida de la presión arterial, dilatación de pupilas, color pálido de la piel, temperatura corporal que sube o baja, etc.
Esa fisiología nos coloca en un estado específico. Ejm: me siento decaído todo el tiempo, siento mucha energía, estoy muy nervioso, etc.)
Ese estado nos invita a pensar de manera tal, que reforzamos los pensamientos iniciales. Ejm: Si al principio yo tenía un poco de miedo, ahora que siento estos nervios, creo que se justifica el tener miedo porque estoy casi seguro de que hay algo que está muy mal conmigo…
Al reforzar los pensamientos iniciales, propiciamos no solo la aparición de una nueva creencia, sino también la generación de auténticos circuitos en el cerebro que son el soporte físico de esa manera tenaz de pensar, pues “las neuronas que se activan juntas, se cablean juntas” (afirman las neurociencias). Ejm: Si cada vez que me duele el estomago, me acuerdo de ese vecino que murió de cáncer, mi cerebro asocia cualquier malestar digestivo con el miedo que siento de morir como el vecino, y así es como fabrico un circuito de “miedo de tener cáncer” y la creencia de que “cada que me duele el estomago es señal de que estoy enfermo de algo grave”, lo que alimenta de energía a ese cableado en mi cerebro para mantenerlo operativo.
Una vez formados esos circuitos, llegan a ser como autopistas que (por pensar, emocionarnos y sentir siempre lo mismo) se convierten en la ruta interna más transitada y la que moviliza más energía, detonando en nosotros acciones repetitivas y conductas automáticas. Ejm: Evito comer por el miedo de empeorar mi supuesta condición de salud, visito hospitales regularmente esperando que los doctores me estudien y al fin encuentren mi enfermedad mortal imaginaria, etc.
Esas conductas al reforzar lo que ahora creemos, se convierten eventualmente en hábitos que definen nuestro carácter y que señalan el destino hacia el que avanzamos.
¿Quieres cambiar tu destino?
Sé tenaz en el ejercicio de cambiar tu manera de pensar y sentir.
Créeme, si piensas solo lo que te favorece, ¡eso lo cambiará todo!
Luz en tu camino
Comments
Post a Comment